viernes, 17 de agosto de 2007

Chile quiere Confundir La "Concordia" con el Hito N°1



chile quiere confundir la Concordia con el Hito Nº 1
En el caso del inobjetable Tratado del 29, en su artículo 2°, señala que la línea divisoria entre Tacna y Arica, partirá de un punto de la costa que se denominará "Concordia", distante DIEZ KILÓMETROS AL NORTE DEL PUENTE SOBRE EL RÍO LLUTA, PARA SEGUIR HACIA EL ORIENTE PARALELA A LA VÍA DE LA SECCIÓN CHILENA DEL FERROCARRIL DE ARICA A LA PAZ y distante DIEZ KILÓMETROS DE ELLA, con las inflexiones necesarias para utilizar en la demarcación, los accidentes geográficos cercanos que permitan dejar en territorio chileno las azufreras de Tacora y sus dependencias, pasando luego por el centro de la laguna Blanca, en forma de que una de sus partes quede en Chile y otra en el Perú. CHILE CEDE A PERPETUIDAD A FAVOR DEL PERÚ, TODOS SUS DERECHOS SOBRE LOS CANALES DEL UCHUSUMA Y DEL MAURI, LLAMADO TAMBIÉN AZUCARERO, sin perjuicio de la soberanía que le corresponderá ejercer sobre la parte de dichos acueductos que queden en territorio chileno después de trazada la línea divisoria a que se refiere el presente artículo.
Aquí lo importante es destacar la cesión a PERPETUIDAD A FAVOR DEL PERÚ DE TODOS SUS DERECHOS SOBRE LOS CANALES DEL UCHUSUMA Y DEL MAURI Y DEL MÁS AMPLIO DERECHO DE SERVIDUMBRE A PERPETUIDAD A FAVOR DEL PERÚ y como lo dice el texto del Tratado comprende el derecho de ampliar los actuales canales, modificar el curso de ellos y recoger todas las aguas captables en su trayecto por territorio chileno. En el artículo séptimo se establece el más amplio derecho de servidumbre a favor del Perú sobre la línea férrea de Tacna a Arica.
Este tratado suscrito en Lima por el representante del Perú, el presidente D. Augusto B. Leguía, el ministro de Relaciones Exteriores D. Pedro José Rada y Gamio, y por el representante del Presidente de la República de Chile, el general D. Carlos Ibáñez del Campo, quien nombró al Excelentísimo señor D. Emilio Figueroa Larraín (ex presidente de Chile) como su embajador extraordinario y plenipotenciario en el Perú, quienes luego de canjear sus plenos poderes y encontrándolos en debida forma, convinieron en los trece artículos del Tratado y los tres del Protocolo Complementario.
Sin embargo, a despecho de lo que dice textualmente el artículo primero del Tratado: "QUEDA DEFINITIVAMENTE RESUELTA LA CONTROVERSIA ORIGINADA POR EL ARTÍCULO TERCERO DEL TRATADO DE PAZ Y AMISTAD DE VEINTE DE OCTUBRE DE MIL OCHOCIENTOS OCHENTA Y TRES", la reacción en Chile al Tratado del 29 no fue positiva.
Ernesto Barros Jarpa recogió la protesta nacional en un artículo publicado en el Diario Ilustrado, de Santiago, el 19 de agosto de 1931, en el que califica el Tratado y el Protocolo Complementario como un desastre político, económico y patriótico para Chile.
Barros Jarpa fue ministro de Estado del ex presidente Alessandri y desde ese entonces la política chilena fue la de frenar –como de costumbre– el cumplimiento de lo pactado, para encontrar el camino de anular lo concedido. La punta del iceberg es el Punto Concordia, que no fue plantado a la orilla del mar y que ahora lo quieren confundir con el llamado Hito N° 1.
Al Pacto de Bogotá
Creemos sinceramente que desde 1929 y 1930, cuando se efectuaron las mediciones de la frontera, el mundo ha evolucionado en el conocimiento de los instrumentos para medir puntos geográficos con exactitud, desde el legendario teodolito que andaban cargando los ingenieros, sobre todos los de minas a lo largo y ancho del Perú, al sistema preciso o "sistema de posicionamiento global (GPS)", de "global positioning system" que es una constelación de 24 satélites artificiales uniformemente distribuidos en un total de 6 órbitas, de forma que hay 4 satélites simultáneamente y combinan sus informaciones para calcular su propia posición en la Tierra; es decir, sus coordenadas de latitud y longitud con una precisión de unos 10 metros.
Pero hay receptores más sofisticados –tienen otro precio– que pueden determinar la posición con una precisión de unos pocos milímetros. Creemos sinceramente que ha llegado la hora de conciliar los avances científicos con la política internacional y, en el caso que nos atañe, se podría invitar a nuestro vecino del sur a que el satélite nos precise al milímetro dónde clavar el "Punto Concordia", en la orilla del mar, con las coordenadas en unidades de grados (°) y minutos (‘) y así determinar exactamente la frontera marítima, ya que tanto latitud como la longitud son ángulos y por tanto deben medirse con respecto a un 0° de referencia bien definido y no al ojo, por cuanto la Tierra es redonda y no plana.
El Pacto de Bogotá debe ser el camino a la "Concordia" más cercano que La Haya ya que, según el profesor Federico Mancini, el Tribunal de La Haya no puede asumir un asunto sin el previo acuerdo de las partes (Pág. 62 de su "Memoria" del Tribunal Andino de 1991. Juan Vicente Ugarte del Pino.